¿Qué trucos pueden usar los padres para que sus hijos quieran leer en casa?
1. Lectura acompañada.
Hay que predicar con el ejemplo. Es por ello que si queremos que
nuestros hijos lean, nosotros también debemos encontrar el momento para
hacerlo, debemos servirles de ejemplo. Durante estos años como tutor he
observado que a muchos de mis alumnos les gusta realizar los deberes
acompañados, es decir, en el salón o en la cocina. Por eso, te
recomiendo que cuando tu hijo vaya a leer, no lo haga en su habitación,
sino en un espacio común de la casa. Siempre que puedas, intenta estar
ahí por si te pregunta algo. También es muy bueno interesarte por lo que
está leyendo. Si consigues que te lo explique, será una manera
fantástica de verbalizar aquello que habrá leído y tu podrás ver qué
grado de comprensión y de expresión va adquiriendo tu hijo a la hora de
leer en casa.
2. Lectura en voz alta.
Haz que tu hijo lea en voz alta. Este es un aspecto significativo
porque su lectura será compartida contigo, es decir, tu hijo no sólo
leerá para él, sino también para ti. Es algo a lo que hay que dar mucha
importancia. En ocasiones tenemos la creencia de que la lectura es una
actividad íntima y personal, pero en determinadas edades es recomendable
que tú también seas partícipe de ese momento. Si es así, no le corrijas
constantemente. Déjale que se equivoque, porque está leyendo por placer
y no por obligación.
3. Biblioteca a la vista.
Independientemente de la biblioteca escolar y la biblioteca pública de
tu localidad, debes intentar que en casa tu hijo tenga una pequeña
biblioteca personal con los libros que haya ido adquiriendo.
Preferentemente, debe ser una biblioteca que esté a la vista de todos.
Yo recomiendo que esté en el salón, si puede ser, porque siempre podemos
hacer referencia o interesarnos por alguno de ellos. Pregúntale por sus
libros, interésate por ellos, pídele que te diga cuáles son los que más
le gustan y por qué. Así tu hijo creará un vínculo con su biblioteca y
acudirá con recurrencia a ella porque la entenderá como algo propio.
4. Personalización.
Cuando tu hijo adquiera un libro es fundamental que lo personalice al
máximo. Para ello debe ponerle el nombre y la fecha de compra. Pero se
puede hacer mucho más. Por ejemplo, puede forrarlo con algún papel que
le hayas comprado o puede crear un punto de libro con un trozo de
cartulina que sólo sea para ese libro. De lo que se trata es de ir
estableciendo un vínculo emocional entre el libro y tu hijo, y hacer de
ese vínculo emocional el mejor aliado para que quiera leerlo.
5. Recompensa. ¿Por qué
no recompensar a tu hijo por una buena acción con un libro? Muchos
padres no conciben un libro como una inversión, cuando es un objeto que
tiene un valor incalculable, sobre todo en edades tempranas. Yo te
recomiendo que siempre que puedas le acompañes, bien sea a una
biblioteca municipal, bien a una librería, en caso que quieras regalarle
un libro. En este sentido, hay que dejar claro que debe ser el niño,
preferentemente, el que elija qué libro quedarse. También quisiera
añadir que, siempre que esté a nuestro alcance, intentemos leer
previamente el libro que va a leer nuestro hijo.